Por: Juan Espinal
El pasado 20 de junio finalizó el periodo legislativo 2023-2024, sin duda, fue un año de turbulento debate en el Congreso de la República. Desde la oposición, vivimos meses difíciles, pero al final, con la tranquilidad del deber cumplido, a pesar de la jugadita del gobierno que conllevó al nefasto resultado de una Reforma Pensional aprobada a pupitre limpio y sin discusión alguna.
Es evidente que el Congreso está jugando un papel de suma importancia, al igual que las Altas Cortes, frente al Gobierno del Presidente Gustavo Petro al momento de defender los intereses de los colombianos. Como institución, venía recuperando confianza en la ciudadanía. De acuerdo con la Encuesta de Invamer, entre octubre de 2023 y abril de 2024, la imagen favorable del Congreso creció del 17% al 28%. Lamentablemente, esta percepción no duró mucho debido a los escándalos de corrupción, encabezados por Olmedo López (un gran aliado político del Presidente), que involucraron a algunos congresistas, haciendo que se perdiera lo ganado en imagen favorable, cayendo al 22%.
Aunque fue una amarga legislatura, como oposición logramos importantes resultados. Se aprobó el proyecto de ley con el cual regresa el día sin IVA al país, una estrategia que funcionó para la reactivación económica en época de pandemia, generando dinamismo en la economía, dando un alivio al bolsillo de los colombianos y aumentando las ventas del comercio nacional. También se aprobó el proyecto que busca la transformación de los zoológicos a nivel nacional en Centros de Conservación con fines investigativos y científicos, siguiendo el modelo de transformación del Zoológico de Medellín. Ambos, ya pasan a sanción presidencial y se convertirán en Ley de la República.
En medio de la tensión y la presión del Gobierno nacional, se logró el archivo de la Reforma a la Salud en la Comisión VII del Senado de la República, así como del nefasto proyecto de ley que pretendía prohibir el Fracking en el país, radicado por la Ministra de Ambiente. Sin sustento técnico, ni científico, esta propuesta sumaría inseguridad jurídica para el sector de los hidrocarburos, que atraviesa una situación crítica debido a las decisiones del gobierno nacional de no firmar más contratos de explotación e importar gas desde Venezuela, poniendo en riesgo la estabilidad energética del país al abandonar la producción y hacer a Colombia dependiente de otro Estado. Lastimosamente, no se aprendió de las consecuencias que ha dejado para Europa la guerra entre Rusia y Ucrania. O más bien, ¿se está cumpliendo con el plan de debilitamiento de este sector?
Los colombianos evidenciaron una amarga legislatura concentrada en las iniciativas del Gobierno. Un ejemplo claro fue la aprobación de la Reforma a la Salud en Cámara, iniciativa a la cual se le destinaron 16 sesiones en Plenaria, a pesar de las innumerables alertas que hicimos como oposición. Con este, ya son dos periodos legislativos dominados por la Casa de Nariño. El 20 de julio, con la instalación del Congreso y la elección de la nueva mesa directiva, se espera la elección de nuevos presidentes, de la Cámara y del Senado, que hagan respetar la independencia y autonomía de la corporación.
Sin embargo, en la Cámara baja, de los cerca de 385 proyectos de ley radicados, se aprobaron aproximadamente 80 y otros 180 continúan su tránsito dentro de la Corporación. En total, fueron 86 sesiones de plenaria, de las cuales, tuve la oportunidad de presidir 12; 2 de ellas, correspondieron a sesiones exclusivas de la Oposición, en las que 49 iniciativas fueron aprobadas por la Plenaria de la Cámara.
Se vienen dos años duros y decisivos para la democracia del país. Quedan dos periodos legislativos para enfrentar las reformas que está proponiendo el Gobierno: la reforma laboral, la creación de Ecominerales, la reforma a la ley de servicios públicos, la reforma a la justicia (para la que presentarán varios proyectos), y nuevamente se espera la radicación de las reformas a la educación y a la salud. Sin duda alguna, será otra legislatura en la que daremos todo por Colombia.
Petro se podrá sentir dictador, pero nosotros seguiremos firmes en la defensa de la democracia, no le permitiremos avanzar en la destrucción del país.