Por: Paola Holguín – Senadora República de Colombia
Tengo que empezar por confesar que a mí me resulta un poco extraño hablar desde la perspectiva de género, porque generalmente cuando se toca este tema, se espera que se mencionen techos de cristal o se hable del hombre como el enemigo a vencer, y yo crecí en un hogar donde jamás se proclamaron limitaciones por ser mujer y donde el hombre siempre era cómplice y porqué no decirlo, complemento.
Mis Padres me enseñaron que con preparación, disciplina y trabajo, sin importar el género, se gana respeto, se conquistan espacios y se hacen realidad los sueños. Recuerdo, que cuando era pequeña y repetía que quería ser presidente, en mis padres nunca existió cara de sorpresa o de resignación; por el contrario, esperaban que con esfuerzo construyera ese camino. Nunca escuché: no se puede; sino que crecí con las historias de Indira Gandhi, Margaret Thatcher o Golda Meir, que son la muestra de que no es el país el que se prepara para una mujer presidente o primer ministro, sino que es la mujer la que se prepara para gobernarlo; es la mujer quien con la fuerza de las ideas, llega a esos cargos y puede transformar el mundo.
También tengo que ser clara en que esta visión no me ha impedido reconocer los enormes retos que aún tenemos, por ejemplo, para tener a igual trabajo igual salario, pues según el DANE esa brecha aún es superior al 17%. O para acabar con las violencias de género, muy graves en Colombia, donde se calcula que cada media hora una mujer es víctima de violencia intrafamiliar y cada 36 horas es asesinada en el país una mujer que había denunciado previamente maltrato o agresiones. الكازينو في السعوديه O para alcanzar mayor participación política, porque a pesar de los avances, solo somos 19,7% en el Congreso (55), 6,25% en las Gobernaciones (2) y 12,01% en las alcaldías (132). العاب ماكينات قمار En los tribunales las mujeres participan en un 35% y en los juzgados en un 52%, mientras que en altas Cortes, como la Constitucional, de 9 magistrados solo 3 son mujeres. Tenemos grandes desafíos también en el mercado laboral, porque a pesar de que la CEPAL señala que la proporción de mujeres en cargos directivos en Colombia es la más alta en la región, con una tasa del 53%, nuestra participación en el mercado laboral es menor, por ejemplo, en enero de este año, la tasa de desempleo de mujeres fue de 16,5%, mientras la de hombres fue de 10,4%.
Pero siempre, además de pensar en los retos, tenemos que reconocer el largo camino que han recorrido mujeres valientes en el mundo y en nuestro país, para estar donde estamos, ellas deben ser impulso moral en la lucha diaria, que nos recuerde hasta donde se llega con voluntad, trabajo y sacrificio. روليت اون لاين Por eso, no podemos olvidar las mujeres de la gesta libertadora, como la maestra Bárbara Forero, Francisca Prieto -la esposa de Camilo Torres-, Manuelita Saenz, “Las Juanas”, las señoras de sociedad, como Petronila Nava, Josefa Baraya, Gabriela Barriga, Carmen Rodríguez o Juana Robledo, y la valerosa heroína Policarpa Salavarrieta. Tenemos que releer la historia de Betsabé Espinal, y esas obreras de Bello que iniciaron el camino de conquistas sociales para las trabajadoras, o las que por años lucharon por nuestros derechos civiles o por nuestro derecho al voto, o a Esmeralda Arboleda Cadavid, quien fue la primera mujer en llegar al Senado de la Republica en 1958. En fin, son tantas y tantas mujeres desde tantas orillas que nos recuerdan lo mucho que se ha alcanzado y que vale la pena continuar luchando, porque como decía Margaret Thatcher “Puede que tengas que luchar una batalla más de una vez para ganarla”.