Por: Juan Espinal
Una de las apuestas del Gobierno que se hace llamar el del “cambio”, es decirle no al petróleo y no al carbón, actividades económicas que representan el 61.4% de las exportaciones del país, es decir 32 mil millones de dólares anuales que generan importantes dividendos y tributos al Estado colombiano para invertir en las regiones.
Es un momento crítico económicamente para el país, con una proyección de crecimiento anual del 1.1% frente al 8.5% del año anterior, un desempleo del 13.7% y una inflación para el mes de marzo del 13.34% en comparación al 2022 que fue del 8.7%. Sólo a un gobierno radical de izquierda, experto en generar miseria, se le ocurre debilitar el sector económico más importante para la economía del país.
Ni petróleo, ni turismo. Basta recordar que en la inoportuna Reforma Tributaria de Petro, uno de los sectores más golpeados fue el del turismo, al aumentar el IVA de los tiquetes aéreos al 19% y eliminando beneficios tributarios para el sector hotelero, pero que contradictorio porque el Gobierno del “Cambio” le sigue apostando al turismo.
Un turismo golpeado y debilitado, esa es la realidad que se vive en manos del petrismo. Lo vivido en Semana Santa fue lamentable, según Cotelco la ocupación hotelera estuvo entre 43.2% y 51.3% entre el 1 y el 8 de abril, lo que significó “una disminución entre 7.4 y 15.5 puntos porcentuales (pp) respecto a la Semana Santa del 2022” 16 regiones turísticas con una tasa de ocupación inferior, con caídas superiores a 10 puntos en los departamentos de San Andrés y Providencia (-55.62 puntos), Caldas (-18 puntos), Huila (-17.3 puntos), Risaralda (-14.6 puntos), Cauca (-13.04 puntos), Antioquia (12.7 puntos), Atlántico (-12.17puntos), Santander (-12.09 puntos), Magdalena (-11.2 puntos), Tolima y Alto Magdalena (-10.54 puntos).
Pérdidas representadas en un valor aproximado de $136 mil millones de pesos, en disminución de empleos, dejando de contratar personal para garantizar la prestación de servicios en la temporada.
Enfrentamos un gran reto, un gobierno de izquierda que poco le importa el bienestar de los 50 millones de colombianos, que al parecer su único interés es la tal “Paz Total” que no es más que la materialización del “Pacto de la Picota”, con una mesa de diálogo con el ELN los cuales continúan matando soldados, policías y atentando contra los oleoductos, generando pérdidas económicas y daños ambientales, pero, según ellos aquí en Colombia no está pasando “nada”.
Y ni qué decir de los progresistas que no volvieron a contar los líderes sociales asesinados, al parecer ya no importan. Un diálogo fallido con el Clan del Golfo, bandidos y terroristas de las disidencias lideradas por alias “Mordisco”, aparecen en una cumbre de delincuentes con guardia campesina y con cubrimiento especial: producto de esta tal “Paz Total”. La seguridad del país está en picada, y sin seguridad física, adiós al turismo.
Sin duda, insistir en la firma de más contratos de exploración de hidrocarburos es la salida, no solo desde el Congreso, necesitamos que la ciudadanía, gremios, academia, trabajadores y la opinión se movilicen; Venezuela aguantó muchos años por la importante reserva que tenía de petróleo, pero en nuestro país el panorama es otro completamente diferente, tenemos solo reservas de petróleo por 8 años, y de gas por 10 años aproximadamente. ¿Será que convertirán a Colombia en un Estado dependiente del régimen chavista? Ojo colombianos si esto ocurre tendrán que pagar cinco veces más por la factura del gas.
Al paso que vamos, ni petróleo, ni turismo. Acabarán con la capacidad productora del país, se acerca un posible debilitamiento institucional de Ecopetrol, con la pretenciosa compra de Monómeros, y las alianzas con el régimen chavista, donde reina la delincuencia y la anarquía, pocos turistas llegarán a Colombia si no hay seguridad física y seguridad jurídica para los inversionistas, adiós turismo y adiós petróleo; ya se nos va la petrolera Exxonmobil.
Presidente Petro, su Gobierno es el cambio, pero en reversa, que “viva el decrecimiento económico de Irene”.